31/7/12

Camiseta periquete

No sé si esto se llama camiseta... yo siempre acabo llamando camiseta a todo... porque casi todo lo que tengo son camisetas!. Pero sí sé que es un periquete hacerla. La mía es así:

¡así no me gusta nada, la verdad! pero puesta gana bastante


La hice anoche, después de verle una parecida a una chica el otro día en un bar. Me gustó un montón, y aunque me dio algo de apuro mirar más en detalle, no me pareció difícil y decidí intentarlo. Como siempre me pasa, tuve que recurrir a la tela que tenía en casa ¿¿por qué me entra el ansia de coser algo concreto y no puedo esperar una semana para comprar tela adecuada??


Bueno, era el único trozo de tela elástica que tenía como para abarcar el formato que había creído ver... No me entusiasma con esta tela, pero voy a volver a hacerlo con una que me guste más. Más ligera, con otra caída, y creo que me gustará más en un color liso. Pero como prueba que era, se parece bastante a la original... ¡estoy satisfecha!

la foto es penosa, es lo que tiene la nocturnidad, pero al menos se ve puesta, no?


Y se cose en un decir ay, si usamos tela que no deshilache no lleva más que las costuras de los laterales, y las de los dos puños de las mangas. Si la tela deshilacha o queremos lucirnos, pues costura por abajo y en el escote... ¡pero tenía que ser una camiseta-periquete, nada de costuras prescindibles!

Por lo demás, el patrón es un rectángulo ¡vivan las complicaciones! Yo usé estas referencias:





Luego, en el hueco que queda para los brazos, cosí los puños siguiendo el método infalible de La Pantigana, que puede verse aquí o aquí. Y ya está!! ¡Lo que se dice un periquete!

Vaya, que no descarto hacérmelas en serie para invierno, verano y entretiempo, buscando telas que me gusten... porque además es comodíiiiiiisima!!!!


30/7/12

Más zapatillas para casa

Cuando hice las zapatillas para casa que íbamos a usar este verano, me dio un ataque de pereza de los malos, malos, y sólo hice un par para cada uno. Evidentemente, eran pocas. Porque hay que lavarlas en algún momento, no? Y además a menudo, porque tenemos "alguien" a quien le huelen los pies... tela marinera... (no voy a dar nombres, pobre!)

Pues la pereza me duró bastante como para apañarnos con calcetines un par de veces mientras se lavaban, no lo voy a negar, pero al final venció la cordura, y cosí otros tres pares. Porque tal era la pereza que... ya las tenía cortadas... y sujetas con alfileres... sólo era pereza de coserlas... ¡y eso que la máquina de coser funciona casi a diario!

En fin... sin comentarios. La cuestión es que están hechas, y son éstas:


¿Hace falta que diga cuáles son las de Chus, las de Nel y las mías??? Sí, nos falta ponerles algo de decoración por delante, pero como no se nos ocurría la idea, y nos hacían mucha falta, pues queda apuntado en "pendientes". Que viene a ser como apuntarlo en el caldero del agua, pero nos hacemos la ilusión. (Ah, y lo de dejar la tela desflecada era la intención inicial, eh, no es que la pereza siguiera haciendo de las suyas....)

Una vez más, trozos de vaqueros viejos y retales de camisetas rotas ¿¿cómo es posible que haya taaaaaaanto de eso en casa?? Mi bolsa de retales no se agota jamás... ¡tengo que probar a llenarla de dinero a ver si levanto el país yo sola!

Esta vez probé con un modelo diferente (visto aquí, sólo que yo las coso a máquina y del revés, porque al no ser de fieltro... algo hay que hacer con los bordes de la tela!) que ya había hecho en invierno para Chus:



Está bien, y se hace muy rápido, pero para invierno no me convence del todo. Va bien para hacer sin forrar, pero eso en invierno no sirve! Estas eran de forro polar algo gordito y bueno, como los peques tienen la sangre hirviendo le sirvieron, pero no creo que repita en modelo invernal.

Además las verdes llevan errata incorporada, que las hice las dos iguales y no simétricas... pero al final le sirvieron para aprender la izquierda y la derecha: la estrella necesariamente tenía que ir en el pie izquierdo ¡menudo lío nos formaba si no!!

29/7/12

Mi mamá me mima...

... y mi marido también me mima... ¡me van a malcriar!

Ayer fue mi cumpleaños (cayeron 34, yo por suerte quedé en pie!) y como regalo de cumple fuimos de spa a un hotel muy chulo que hay en Lugo (que nos queda bastante cerca) que tiene un spa infantil requeteguapo. Regalo para mamá y  regalo para todos, vaya! Nos gusta ir de vez en cuando, sobre todo en invierno, para que no se olviden del agua, que aquí no hay piscina climatizada y el invierno es muy largo.

Spa infantil del Gran Hotel de Lugo (foto de su propia página, espero que me la dejen!)


Pero resulta que tenía otro regalazo de cumple de parte de mis papis, llegó por correo el otro día... ¡qué sorpresón! Un bono para dos personas, una noche, un balenario... mmm...

Balneario de Las Caldas (la foto también es de su propia página, y también espero que me la dejen!)


¡Con las ganas que tenía de conocer el balneario de Las Caldas! Ahora sólo falta buscar fecha... y disfrutarrrrr

(Digo yo, a todas estas, que debo de estar portándome de maravilla, no? ¿o será simplemente que me quieren mucho? ¡bueno, sea como sea, que soy una suertuda!)

28/7/12

Casitas para coches

Eso fue lo que le apeteció hacer a Chus con un poco de relleno que saqué de un cojín. Y empezó a desmenuzarlo en el sofá y poner un pellizco encima de cada coche, y yo a ponerme nerviosa, claro, así que le quité el relleno y le ofrecí una bolsa con trapos.

¡Menudo rato entretenido pasó con los bolsillos de vaqueros viejos!


Cada bolsillo era una casita de coches, y allí preparó toda una urbanización con los restos de pantalones que encontró en la bolsa.



Más coches, necesito más coches!!


Todos en fila, que hay sitio para todos...


Y cuando se cansó, a recoger: yo los trapos, él los coches. Todos a su caja, y además haciendo canasta!


A todas estas, Nel dormía una siesta estupenda mientras el pequeño de la casa había decidido que no tenía sueño. Yo creo que a veces se niegan a dormir sólo para tener un rato de ser el único niño... no sé, sospechas mías...

Una gran canción... mi canción

Quién me lo iba a decir, yo viendo una ceremonia inaugural de olimpiadas… ¡en fin, sorpresas te da la vida! Últimamente la tele anda un poco loca y casi nunca enciende, así que cuando le da por encender tampoco es cosa de ponerse a cambiar de canal a lo loco, no? Pues ahí quedó… y después de un rato leyendo noticias online sin hacerle mucho caso… ohhhh, qué es lo que escucho? ¡Pero si es mi canción!!
No soy muy original, lo admito: crecí escuchando los discos de The Beatles que mi padre ponía en casa, y me encantan. Me encantan, casi todo de ellos me gusta, pero… uf, la cantidad de malos momentos que mandé a freír espárragos gracias a Hey Jude… eso no tiene precio!!!!! Así que escuchar de pronto esa canción en la tele, pasada la una de la madrugada, en esa voz cascadilla pero bastante bien conservada que mantiene Paul… de repente me emocionó un montón.

Y pensé que sí, que a esta canción yo le debo por lo menos unas líneas. Qué menos, con la de veces que me eché las penas a la espalda convenciéndome a mí misma de que “you were made to go out and get her” y sobre todo “don’t carry the world upon your shoulders”. Frases hechas, vale, lo que tú quieras, pero en momentos delicados me empujaron hacia delante, hacia el único sitio donde podía ir. Me las dijo esta canción cuando no encontré a nadie de carne y hueso que me las dijera.

Y qué maravilla el público coreándola, todos se la saben, todos la conocen, no como cuando a mí me da por recordarla, que me siento como mínimo “un pelín” más vieja de lo que me toca…

En fin, que si me hablan de la ceremonia esta de los juegos olímpicos, ni idea de nada… si estuvo bien o mal… si salió la reina o no salió… si encendieron la antorcha bien o mal… no me enteré de nada… ¡pero cantaron Hey Jude, y a mí ya me ganaron!

Hey, Jude, don´t make it bad
take a sad song and make it better
remember to let her into your heart
then you can start to make it better

Hey, Jude, don´t be afraid
you were made to go out and get her
the minute you let her under your skin
the you begin to make it better

And anytime you feel the pain
hey, Jude, refrain
don´t carry the world upon your shoulders
for well you know that it´s a fool
who plays it cool
by making his world a little colder

Hey, Jude, don´t let me down
you have found her, now go and get her
remember to let get into your heart
then you can start to make it better

So let it out and let it in
hey, Jude, begin
you´re waiting for someone to perform with
and don´t you know that it´s just you
hey, Jude, you´ll do
the movement you need is on your shoulder

Hey, Jude, don´t make it bad
take a sad song and make it better
remember to let her under your skin
then you can begin to make it better
Oye, Jude, no lo estropees
coge una canción triste y mejórala
recuerda que has de hacerle un sitio en tu corazón
sólo así podrán irte mejor las cosas

Oye, Jude, no tengas miedo
naciste para hacerla tuya
en cuanto la metas en tu piel
podrán empezar a irte mejor las cosas

Y cada vez que sientas dolor
oye, Jude, déjalo
no cargues con el mundo a tus espaldas
porque sabes muy bien que es de idiotas
ir de chulo
haciendo tu mundo un poco más frío

Oye, Jude, no me falles
ahora que la has encontrado, hazla tuya
recuerda que has de hacerle un sitio en tu corazón
sólo así podrán irte mejor las cosas

Así pues, déjala a su aire
oye, Jude, empieza ya
estás buscando a alguien con quien tocar
¿y no sabes que eres precisamente tú?
oye, Jude, lo harás
el movimiento que necesitas está en tus hombros

Oye, Jude, no lo estropees
coge una canción triste y mejórala
recuerda que has de meterla en tu piel
sólo así podrán irte mejor las cosas

27/7/12

Abrir y cerrar, buscar y encontrar

Hace ya meses que le preparé a Chus un juego para practicar distintos tipos de aberturas y cierres, para jugar con cordones y botones, y sobre todo para entretenerse buscando tesoros.































Hoy volvió a salir a la luz porque anduvo jugando con él y a mí se me ocurrió ponerle un snap para cerrarlo. Fue buena idea, que hasta ahora lo cerraba atándole un cordón alrededor, y eso para Chus era muy difícil. ¡Estos snaps, es que valen pa todo!

La idea me rondó la cabeza bastante tiempo, vi infinidad de ideas en la red: en tela, para colgar de la pared, sobre tablas... Pero yo quería uno portátil, que pudiésemos llevar a las reuniones de la junta de la asociación de padres -y madres- para que no se le hiciesen tan largas.

Le di muchas vueltas, y al final decidí montar todo el tenderete sobre un trozo de tela, y después fijarlo a un cartón. Una de esas carpetas plegadas en las que te envían los libros por correo. Total, que tenemos una especie de carpeta gorda, que al abrirse en horizontal y en vertical despliega un panel de distintos tipos de cierre: botones, cremalleras, cordones, corchetes...



No os fijéis mucho en la pésima calidad de la costura, porfa! Estaba cosiendo una tela finísima de cortina (el único retal liso bastante grande que tenía) sobre un cartón, y para rematar... con un collage de tela de camiseta por el lado de fuera, para dejarlo algo presentable. La pobre máquina no sabía qué hacer con todo ello, tan pronto patinaba con la tela de camiseta como se le atascaba la de cortina, como se trababa sacando virutas de cartón... bastante suerte tuve que no quedé sin máquina de coser en el intento!!!

El caso es que salió práctico, y manejable. Y al usuario le gustó, así que ya le pueden dar viento a las costuras torcidas, irregulares y con puntadas perdidas!

Solemos esconder tesoros, como pompones de lana, amigurumis diminutos de animales, o pequeños apliques de ganchillo de colores. Lo que sea que avive las ganas de Chus de lidiar con las cremalleras abiertas, los cierres de presión o los botones pequeños.


Una de esas cosas tontas que le encantan. ¡Menos mal, con la lata que me dio montarlo!

26/7/12

Me escapo de casa

Últimamente tengo la sensación de ser la peor madre del mundo. Bueno, o por lo menos una de las peores... ¡y mira que me gusta pasar tiempo con los peques! Pero esta temporada está pudiendo conmigo.

Desde que me levanto de la cama, no hay un solo minuto del día en que pueda hacer algo sin ellos: desayuno esquivando coches que ruedan a toda velocidad por la mesa, me ducho mientras contesto a doscientas mil preguntas acerca de mi ropa, el jabón, mi culo y mi toalla, hago la cama por partes, según se mueve de un lado a otro uno de ellos, al que cada día le toca el turno de pisotear mi cama. Cocino de puntillas para no pisar ningún juguete (ni ninguna mano) porque no falla: en dos metros a mi alrededor hay permanentemente dos niños, 8 o 10 coches, media docena de playmobil con sus correspondienes complementos diminutos, una o dos canicas y, probablemente, algún animal de plástico.

Si bajo a tirar la basura, siempre hay un niño que no soporta la idea de no acompañarme. A veces los dos. Ahora mismo Nel intenta leer por encima de mi hombro lo que escribo -no lo consigue, le apago la pantalla-, y Chus pide que le ponga a Pocoyó.

Pero lo peor no es que sean mi sombra el día entero, no, lo peor es que se pasan el día peleándose, dándose gritos, llamándose de todo, golpeando las paredes con cualquier cosa, incluso pegándose. No atienden a razones, ni a palabras, ni a canciones, ni a mimos ni a nada. Es una guerra permanente: guerra para que desayunen, para que laven los dientes, para que se vistan, para que recojan, para salir, para volver, para comer, para bañarse... No puede ser sano estar todo el santo día discutiendo, no?

¿Y qué pasa al final? Pues que cuando tengo un rato libre lo único que no me apetece es compartirlo con ellos. No tengo ganas de jugar con ellos, ni de leerles cuentos, ni de hacer experimentos. Tengo ganas de leer -una novela-, de pensar -en silencio-, de escuchar música -en CD, no tocada en directo con dos cucharas-, de tumbarme -sin que me hagan cosquillas-

Y claro, no lo consigo. Sólo de noche, a partir de las 11, cuando por fin se duermen, me veo libre de obligaciones. Pero para disfrutar de esa sensación durante dos horas... se las quito al sueño. Y ellos madrugan... Total, que se me pone un humor que no me soporto ni yo.

Llega la hora de salir y preparo los bártulos de la piscina por inercia, los ayudo a prepararse y salimos, sin ninguna gana por mi parte.




Me siento prisionera ¿y qué hace cualquier buen prisionero? ¡Intentar escapar, por supuesto!

Pues eso, el sábado, después de no despegármelos ni con agua caliente hasta las 5 de la tarde, justo a esa hora, cuando tocaba una merienda rápida y poner rumbo a la pisci, cogí las llaves, me calcé, me despedí de los tres y salí de casa. Sola.

Caminé un rato en dirección a la piscina, cosas de la costumbre, y después me desvié por un camino cercano al río. Me paré a mirar el agua, a escuchar los pájaros, a observar el vuelo de una mariposa roja espectacular... ¡qué tranquila estaba! No me lo podía ni creer...


Por un momento me apeteció volver a casa y salir con ellos un rato, pero no me lo permití. Aún no. Seguí caminando hasta llegar a un pequeño lavadero...


Es uno de los rincones más frescos del pueblo. Me senté bien cerca del caño y dejé volar la mente...

Lo reconozco, casi todo el rato estuve pensando en lo mismo: qué puedo intentar para cambiar esta inercia, qué proponerles para que me den un poco de margen... no paraba de pensar en ellos. Pero no les estaba oyendo, y con eso me bastaba.


Y es que últimamente hasta de noche se hacen oir, eh, cada dos o tres horas hay gritos, llantos, intentos de encender la luz e irse a ver dibujos ¡aunque sean las 5 de la mañana!


Estuve unas dos horas por ahí, caminando, parando, daba igual. Y poco a poco dejé de sentirme prisionera. Volví a sentirme yo. Volví a desear oir sus ocurrencias y verles la cara. Volví a estar feliz de poder ser su madre. Y volví a casa.





Cuando llegué no había nadie, papá se los había llevado a jugar al balón. Y los esperé con ganas, mientras pelaba las flores de hipérico que había ido recogiendo aquí y allá (había leído la entrada sobre el aceite de hipérico de La Pantigana, y aunque no conocía la planta... resultó ser muy identificable, y había un montón!).


Llegaron de la calle tan coloradinos, tan contentos de verme, tan absolutamente adorables...


Pero no puedo dejar de recordar que para volver a este punto necesité la huida. ¿Cómo hago para que lo entiendan ellos? Con tres y seis años probablemente sea mucho pedir que comprendan mi necesidad de un poco de paz en casa, o un tiempo sólo mío, pero... ¿y qué si no lo entienden? ¡lo necesito igual!


Uffff, qué desahogo tan grande soltarlo todo... ¡gracias por la terapia! Ahora... vamos pa la calle!!



25/7/12

Jugando a ser papá

Me encantan esos momentos de los peques jugando a ser papás. Y más cuando juegan a ser exactamente los papás que tienen... o tuvieron...


... cuando ponen los muñecos al pecho (vale, son niños, eso no les va a tocar, pero a mí me encanta verlos)...


... cuando les cantan las canciones que yo canto...


... cuando repiten las frases de papá...


... y cuando portean... ¡mirad por favor el estilazo de Chus con Tulo metido en la palestina!


¡Las horas que él se pasó acurrucadín en su trapo!!



                  ... las siestas que se echó abrazadín a mí...



                              ... los kilómetros que hicimos así!!



                                          ... y lo rico que olía su cabeza allí tan cerca...




... ¡ays, qué recuerdos! ¿cómo pudo crecer tan rápido?



Pero nada de nostalgias, hay que disfrutar el ahora, que ya se escapa.


¡¡No me digáis que no tiene suerte su muñeco!! (por no hablar de la suerte que tendrán sus hijos, si no se tuerce por el camino...)

24/7/12

Más cestos

El otro día hablaba de los cestos de cuerda que aprendí a hacer de rebote en un curso de cestería. Pues hoy traigo los cestos "oficiales" que aprendíamos a hacer:
No son todos míos, no! Esta fue la producción total del curso... entre todos... y el más grande es del profe!!


mi primer cesto!! ¡qué orgullosa me sentí!



De madera de avellano. Lo primero era ir al monte, buscar un sitio con muchos avellanos y cortar ramas adecuadas: rectas, nacidas del pie (no de otra rama), sin nudos, y mejor cuanto más blanca se vea la corteza. Mejor cortarlas en invierno, para que no tengan savia, y mejor aún en menguante. Hacen falta varas bastante largas, que luego ya se encargan ellas de romperse a medio proceso, y de grosor según lo que necesitemos para el cesto: unas de un par de centímetros de diámetro para sacar bringas (estos son los bringueiros) y otras de algo más del ancho que queramos en las costelas (son los costeleiros).



Ya tienes la madera, que es como no tener nada: hay que tostarla. Los bringueiros a la llama, más bien chamuscados, y los costeleiros a fuego más lento (metidos en la base de las llamas de una hoguera, por ejemplo, o en un horno de leña), porque tienen que "cocer" hasta dentro.

El segundo, muy a mi aire, improvisando... para variar!




Ahora toca fender los costeleiros, en caliente: se parten al medio dándloles un corte en un extremo, y a pura fuerza de brazo se va separando en dos mitades, con tiento para que sean dos mitades y no salga uno más gordo que el otro, ni se tuerza el corte. Después, cada mitad se abre otra vez al medio, y así sucesivamente hasta tener láminas de pocos milímetros.

Entonces se ponen en un tablón, y se apresa en algún invento de tecnología punta: los peldaños de una escalera de mano, o dos tacos de madera clavados en un poste, o un agujero en una puerta de madera... lo que sea que permita tener el tablón sujeto e inclinado hacia nuestra barriga. En ese punto, raseiro en mano, se empieza a cepillar la costela por uno y otro lado, hasta conseguir una lámina lisa, de grosor uniforme y flexible. Sobre todo flexible.

A nuestras flamantes costelas sólo les falta pulirles los bordes a navaja, retirando los restos de corteza y dejándolas lo más rectas posible (son las tiras anchas que forman el cesto).

Las bringas (las tiras más estrechas que alternan con las costelas y "cosen" el aro de arriba) se sacan con la madera ya fría, y a navaja: se corta un poco cerca del extremo, y flexionando la vara con la mano se va separando una tira algo más gruesa que la corteza. Se va tirando más de uno u otro lado para que el grosor se mantenga uniforme, hasta llegar al final de la vara. Y así todo alrededor de la vara, dejando el centro reservado para hacer los aros del cesto.

Mi obra maestra: el cesto para ir a setas. Qué bien me quedó... aunque quede mal que lo diga yo!!
A estas tiras hay que pelarles la corteza a navaja, y después labrarlas hasta conseguir bringas estrechas, rectas y de grosor uniforme. Y muy, muy flexibles. Si alguna es muy gruesa, puede abrirse a la mitad, cuidando quedarnos con la parte exterior (la que iba pegada a la corteza) que será la adecuada para el cesto. La parte interior puede aprovecharse para sujetar las costelas al empezar a armar el cesto, pero no son buenas para el cesto en sí.
Con recortes de hacer el grande, saqué este para el pan...

Y ahora, sí que tenemos el material para empezar a hacer un cesto! Qué razón tenían los viejos, con su refrán "el que hizo un cesto hizo un ciento, dándole bringas y tiempo". Si te dan las bringas, hacer el cesto es pan comido...

... ¡cualquiera tira nada, con lo que cuesta preparar la madera!

Cuando llegas a este punto, si no lo mandas a freír espárragos antes, llega la parte de disfrutar: se entrecruzan las costelas que forman la base, se doblan hacia arriba y se atan (con una bringa mala... o con una cuerda, vaya!) y vas alternando costelas y bringas según quieras, ensanchando hacia arriba o no, y dándole la altura que te parezca -dentro de lo que las costelas permitan- Al final se agujerea con un hierro al rojo (con una estañadora eléctrica en mi caso, que en casa no hago fogatas y soy muy de fusión cultural...) para "coser" los aros con una bringa larga, y se aprovecha la "costura" para sujetar el asa. Aquí se deja rienda suelta a la imaginación, y con la estañadora bien caliente se va chamuscando la madera dejando la decoración que más nos apetezca... o la que seamos capaces, que no es tan fácil como parece!!


Y con los recortes que sobran al terminar cada uno, salen miniaturas como estas:
Son los más difíciles de hacer con diferencia, y encima no sirven para nada, pero son graciosos. Inmensa tontería humana, cómo nos gusta lo superfluo!!


Estos son todos los que hice en el curso:


Más adelante hice otro (el profe me trajo la madera ya preparada, en plan favor, no es que montase la carpintería en el salón) pero no está visible... :S

Ahora están en uso: los dos primeros con nueces y avellanas, el mayor va a setas de vez en cuando, el del pan en realidad contiene ajos y cebollas... y los pequeñajos se los dejo a veces a Nel y Chus, para que lleven canicas y cosas por el estilo.

Porque dicen que si no los usas, "si no les mandas nada", se estropean en seguida, les gusta la vida activa. Y yo quiero que me duren, por lo menos, hasta que sea mayor y viva en una casa con terreno... que a ver quién es la guapa que se pone a tostar madera, cepillarla y labrarla dentro de un piso!!

"Falda hipersencilla pero muy resultona" de La Pantigana


Ya sabía yo que seguir la Semana Premamá de La Pantigana sería un acierto, como todo lo que ella nos propone ¡es que esta mujer es genial!

El otro día puso un tutorial para una falda a la que llamó FALDA HIPERSENCILLA PERO MUY RESULTONA... y quedé prendada.

Así que aprovechando una tela de camiseta que aún no había tocado, y un rato en que los peques andaban entretenidos con los pobabobin... me puse y ¡tachánnn!



Se cose en un periquete, sobre todo si como yo decides no hacer dobladillo abajo, y más si encima decides que no te convence nada de lo que tienes por casa y la dejas provisionalmente sin cintura. Sirve para poner, siempre que la parte de arriba la tape la camiseta, y encima queda bien, aunque espero que una vez con cintura quede más curiosina. Ya veremos cuánto dura el "provisionalmente"... que parece que lo veo venir!

Me encantan esos picos que hace abajo, sí que queda resultona la falda... y me encanta poder usar tela de rayas, y encima elástica, sin hacer un estropicio con ninguna de las dos cosas. Para que las rayas ni se meneen, este tutorial de La Inglesita. Y para la tela elástica, como siempre, papel usado: en este caso el que había servido para dibujar el patrón.

Y por cierto, que no es lo único que pienso hacer de la Semana Premamá, porque hay más cosas aptas para no preñadas, y son todas muuuuuuy chulas! Lo único malo es la envidia que me dan las barriguinas, pero eso ya se superará con el tiempo. Espero.

Y ahora, dos duros pa quien haya leído lo de los "pobabobin" y sepa qué narices son...

...

       
                        ... ...

                                     
                                                 ... ... ...


                                                                            ... ... ... ...


                                                                                                               ... ... ... ... ...


... Pues son los Playmobil, en idioma Chusés!! "es que yo no sabo decilo como Nel"... Ya nos van quedando pocos términos en esa lengua moribunda, pero los pocos que quedan son muy chulos ¡qué penina da cuando aprenden a decirlo toooodo taaaaan bien, y encima hay que felicitarlos porque se esforzaron un montón en decir hipopótamo en lugar de "hipotópano"! ¡¡con lo que me gustan los palabros!!

23/7/12

¿Qué buscabas para dar conmigo? II

Seguimos con la recopilación de búsquedas que alguien hizo y le acabaron llevando trayendo aquí. Esto va más rápido de lo que me esperaba... ¡casi cada día aparece alguna nueva que me sorprende! Oye, si alguna de estas búsquedas la hiciste tú... ¡manifiéstate! Será un placer saludar a uno de los visitantes sorpresa... y de paso me cuentas cómo te quedó el cuerpo!!

"en huelga" ... ¡Jolines, esto no es justo! Si hasta ahora sólo hice huelga una vez... y además cumplí con los servicios mínimos y me pasé a colgar el cartel... ¡¡cría fama y échate a dormir!!

"imágenes de máquina de coser" esto sí que no me lo puedo creer!! Yo la uso (a menudo), la menciono (de vez en cuando), hablo de ella (pocas veces)... hasta me acuerdo de su estirpe en ocasiones, pero imágenes ni una. Ni siquiera la fotografié para enseñar el alfiletero de Beatriz en acción... ¿cómo puedo aparecer ahí?

"coser pa fuera" ¡¡ay mamina que me da el telele!! Pero si yo eso dejé bien claro que NO lo hago... ¡en menudo jardín me metí! Insisto: yo no coso pa fuera, no, no y no, y si acaso algún día llego a coser por encargo de otra persona, lo llamaremos justamente así: coser por encargo. Coser pa fuera, NO!!
(Por si alguien no entiende el porqué de mi indignación, aquí se explica bastante bien lo que significa "coser pa fuera" por estas tierras. La segunda acepción de la frase... XD... es que tiene tela...)

Este es todo un éxito: tengo "reposacabezas coche", "reposacabezas para coche", "reposacabezas coche niños", "reposacabezas para niños", "reposacabezas para niño que no se le caiga la cabeza" (no me digas que no da un poco de yuyu... ¡¡por favor asegúrate de que no se le caiga!!), "reposacabezas para niño para ir en coche"... vale, sí, lo pillo. Cuando sea mayor, abriré una tienda de reposacabezas. Se ve que es lo mío. Y pensar que el único que hice ni siquiera me parece medianamente guapo...

"circuito de canicas dos pisos" Pues mira, idea que me apunto. Seguro que queda chulo, y teniendo canicas seguro que nos encanta.

"plastico para neceser" ... definitivamente... ¡¡me parto!! Plástico de paraguas, amigos y amigas del ciberespacio, que pa reciclante yo! Hay neceseres de un plástico mucho más específico, eso seguro, y bastante más caro también, pero más original... ¡ja!

"letras de cartón corrugado" ¡toma  ya! que hay que ser precisos en esta vida. Pues no tengo ni idea si el cartón de caja de leche pasa por corrugado o no... es que a mí los tecnicismos... ¡de palabros ya tuve bastante en mis años de estudiante!

"como hacer bolsillos para pantalón" pues casi te diría que los hagas como te salga del alma, pero no fijándote en los míos. Porque rara es la vez que la cosa no termina completamente distinta a lo que yo tenía previsto.

"uñas amarillentas de pie" ¡¿?! Que sepas, tú, sí, tú, que tecleaste esas palabras y aterrizaste aquí, que me acabas de hacer llorar. De risa, por ahora, pero no descarto acabar llorando de otra cosa cuando lo piense con más calma!!
Y por cierto, estas son mis uñas de los pies... ¡tampoco están tan mal, caramba!


"hola soy papu muy blandito como tu" ayyyyy... esto me llegó al alma... con lo entrañable que es papú...
Hola soy Papú, muy blandito como tú
y me gusta reir ¿cómo lo haces tú?

¡Hasta se me acaba de pasar el disgusto de lo de las uñas!

22/7/12

¿Por qué no vamos de vacaciones?

Normalmente, en verano, nuestras tardes son todas parecidas. A pesar de vivir en el norte, en Asturias, en ese Cantábrico donde parece que siempre se nos olvida pagar la factura del sol, Ibias es otro tema. Esto es "el sol de Asturias", y no se ganó el título en una tómbola. Aquí el calor aprieta, el sol recuerda a Castilla más que a cualquier otro lugar del Paraíso Natural...

Así que generalmente, después de la siesta -o de su ausencia- cogemos los bártulos camino de la piscina...


Esta es nuestra pisci, cuando ya vamos llegando... con su área recreativa adosada, con su río al lado, con sus árboles hermosotes que dan sombra de la rica (área recreativa y árboles al fondo, detrás del bar!), con su bar para comprar helados y bebida... ¡es casi perfecta!

¿se nota en la luz el sol de justicia? pocos valientes van andando como nosotros...


Después del baño, el área recreativa pone lo demás: prao pa jugar a gusto, arenero, columpios, espacio para jugar al balón... ¡y este año de novedad una bolera!


Pero a veces el tiempo no acompaña del todo. Como el jueves pasado, que aunque hacía sol y la tarde estaba espléndida, la temperatura había bajado más de 10 grados de golpe, hasta unos 24. Que no está nada mal para gente del norte, pero... teníamos el cuerpo acostumbrado a otra cosa. Y la brisa no mejoraba nada la sensación. Y la pisci está junto al río, así que más brisa. Así que decidimos que no nos apetecía remojón, los peques sacaron las bicis y bajamos hasta cerca del río.

Hay una senda que empieza ahí, y tiene un primer tramo llano que nos encanta. Y también está el recinto de la oficina de turismo: un pradín con mesas y bancos, una palloza, una fuente...



Me senté en un banco a mirarles, y de pronto estaba encantada viendo a Nel aparecer y desaparecer junto a la palloza, con su bici, su casco y sus gafas de sol, como un contraste juguetón entre dos épocas tan cercanas y tan diferentes.








Cuando salimos los dos de nuestra ensoñación fuimos a buscar a Chus, y lo encontramos pingando de arriba a abajo. La interacción con la fuente siempre acaba igual ¡y eso que no queríamos remojarnos hoy!





Para evitar recaídas, nos cambiamos de sitio. El arranque de la Senda del Oro (senda sí que hay, el oro... ¡a buscarlo a Roma, que pa allá lo mandaron hace siglos!).





Allí encontramos todo lo que más nos gusta...
Mi humilde asiento en este nuevo circuito ciclista, una paca de hierba:



Y el paisaje alrededor... grandioso.

Este entorno es en parte responsable de que este año hayamos decidido no ir de vacaciones: aquí estamos muy bien, tenemos casi todo lo que buscamos cuando viajamos (naturaleza, entorno tranquilo, espacios para disfrutar al aire libre, piscina, río... playa no. La playa a dos horas :P) y además tenemos nuestra casa, nuestras cosas, nuestro espacio... todo lo que echamos en falta cuando viajamos!

Y si cenamos fuera, o vamos a tomar algo, o a la piscina, le damos ganancia a un vecino.

Sí, sienta bien cambiar algo de aires... para eso tenemos en agenda un par de fines de semana de escapada, que seguro que alcanzan para sentirnos renovados.

Bueno, vale, sí, también influye en la decisión de no-vacaciones el hecho de cobrar cada año un poco menos, y que los peques gasten cada año un poco más, pero si esos vaivenes económicos sirven para darnos cuenta de lo felices que somos en el lugar donde pasamos casi todo el año... ¿qué más se puede pedir??

20/7/12

Tutorial para cartera de papel

Bueno, pues henos aquí con un tutorial entre manos, a ver qué tal sale...


Como la idea (o más bien sugerencia-petición-hazloyaydéjatedecuentos!) surgió después de haber hecho la cartera, y la verdad es que me aburría un poco hacer otra con la misma plantilla tan seguida, pues para el tutorial vamos a apañarnos con la plantilla de papel cutre salchichera hecha de trozos pegados con celo que yo guardo como oro en paño porque ya está depurada y perfeccionada ¡aunque no lo parezca!!

Esta cartera abre en horizontal, es de las que a mí me parecen "de chico", porque muchos hombres prefieren este formato... y pocas mujeres. Os cuento que con las medidas que pongo cabe perfectamente cualquier tarjeta estándar en los tarjeteros, una foto tamaño cartera en los portafotos, el carnet de conducir antiguo (la sábana rosa) detrás del monedero... y billetes de 50 en el billetero. Los de 100 no, asoman por arriba y hay que meterlos doblados. Se conoce que es una cartera de humilde currante ¿o sabéis de algún humilde currante que maneje habitualmente billetes de 100??

Lo primero de todo, una indicación práctica: la plantilla está hecha con recortes de papel usado, porque mi conciencia no me permite usar papel limpio para esto, así que NI CASO a las letras, dibujos, rayas y demás que puedan aparecer por medio. NO vienen al caso. Bueno, si os apetece fijaros para intentar adivinar de dónde salió cada trozo de papel... cada uno es dueño de su tiempo, por mí podemos hasta hacer una porra a ver quién acierta más, pero vaya, que para la cartera en sí no tienen ninguna influencia.
por delante

por detrás

Otra indicación práctica: las zonas coloreadas de azul sí que tienen que ver con la cartera: delimitan las zonas que una vez montada y cosida la cartera van a quedar a la vista. O sea, las que mejor que no tengan justo ahí la juntura del papel con que forremos, ni el remate del plástico. Mejor bien limpinas, que por el mismo precio no cuesta tanto trabajo quedar bien. Las zonas de rayas azules se ven, pero fijándose más (son el hueco del billetero y del monedero), no se van a notar las juntas del papel, pero tampoco conviene que estén los bordes del plástico muy expuestos, o se irán levantando.

Y un número 10 que aparece en rojo y rodeado, a pesar de quedar tan llamativo y parecer tan urgente, no sirve pa na: sólo indica que es el décimo modelo de cartera de mi pequeña recopilación de plantillas. Las guardo con un esquema en pequeño, la plantilla de papel a tamaño real, y a poder ser un ejemplo de cartera jubilada con ese formato. Organizada que es una... a veces.

Ahora, al lío. Lo primero es pegar tres folios, o trozos de papel desechado, recortes, lo que sea, los necesarios para conseguir las piezas del tamaño siguiente:

No importa el aspecto, lo limpio o sucio, las marcas, no importa nada de nada, porque lo vamos a forrar. Es el momento ideal para aprovechar las toneladas de folletos, cartas comerciales y demás papel inútilmente gastado que suele rondar nuestras cocinas (bueno, por lo menos en mi casa suele acumularse en la cocina...)

Al principio yo me quedaba más a gusto poniendo doble capa, colocando las juntas de una capa donde en la otra iba el papel de una pieza. Me parecía que quedaba más seguro. Ahora no lo hago, porque ya vi que queda seguro de sobra con una capa y el forro, y porque además la rigidez extra que le da la doble capa no facilita nada los primeros días de uso de la cartera. De todas formas, si alguna mente terca como la mía quiere poner doble capa, que sepa que se pegan con pegamento de barra. Yo siempre con mi tecnología punta.

Para hacer las dos piezas del fuelle del monedero, yo hago así:

... me gusta más que tomar medidas!

Una vez tenemos todas las piezas de papel bien recortadas ¡las cuatro! marcamos bien los pliegues, que son las líneas que delimitan las medidas. Importante marcarlos bien, porque así cuando forremos se notará por dónde hay que doblar y nos evitaremos estar con la regla en la mano midiendo cada tres segundos, que es una paliza. El plegado va así (si no queda claro, que es probable, tener coloreadas más o menos las zonas que tienen que quedar visibles ayuda en este punto):



Y entonces cogemos el papel con que vamos a forrarlo. Puede ser periódico, papel de embalar, con o sin adornos pegados, papel de regalo, una hoja manuscrita, partituras... la imaginación es lo más libre que tenemos, así que dejémosla volar!! La cuestión es tener trozos suficientes para forrarlo todo. Donde va a quedar visto tiene que quedar guapo, de una pieza, sin junturas, pero forrado tiene que estar todo. Recordemos que si no forramos queda una miserable capa de papel usado. No es ahí donde queremos meter nuestro dinero, verdad??

Pegamento de barra y paciencia, no hace faltá más. Bueno, si los hijos están durmiendo ayuda bastante a no tener percances con el pegamento, las piezas sueltas, el papel de forro y nuestros nervios. Pero con todo se puede. A medida que vamos forrando, conviene volver a marcar bien los pliegues, que después nos hará falta tenerlos visibles.

Después del papel, toca forrarlo con plástico adhesivo. Como siempre con este material conflictivo, lo principal es que no cunda el pánico. Mi consejo es poner el plástico tocando la mesa, retirar un poco el papel protector (unos 10 centímetros, sin estresarse de una vez!) y colocar encima la pieza. Repasar bien con la mano para que se pegue en condiciones, y después poco a poco ir tirando del papel protector hacia un lado y aplanando la pieza que forramos con la otra mano. Así hasta terminar la pieza. Entonces cortamos con un poco de margen, damos cortes en los ángulos para doblar los bordes hacia el lado de arriba, y nos ponemos a forrar la otra cara.

Si habíamos marcado los pliegues a conciencia, seguirán siendo visibles con plástico y todo. Pues volvemos a marcarlos, y ahora sin cortarnos un pelo: con el canto de las tijeras, con una pinza, con lo que sea, pero que queden doblados ya para siempre.

Ahora fijaos en un detalle: en el tarjetero que hay a la izquierda, los distintos compartimentos quedan escalonados para que las tarjetas estén más accesibles, pero el último de atrás no tiene fondo. Para que las tarjetas que vayan ahí no acaben abajo del todo y las haya que sacar con pinzas, que no es plan, vamos a hacer un fondo: cortamos un trozo de plástico adhesivo del ancho del tarjetero, y unos 4 cm de alto. Cortamos otro trozo igual y lo pegamos encima: tenemos doble capa, con una cara adhesiva libre. La doblamos al medio con lo que pega hacia fuera, y con cuidadín  pegamos la mitad en el extremo de la pieza de papel. Plegamos la cartera en su sitio, y el adhesivo que queda se pega a la parte de atrás. Lioso de explicar, pero muy fácil de hacer, ¿lo veis con mi súper papel naranja en lugar del adhesivo?


Plegada en su sitio ya parece una cartera, no? Ahora es buen momento para cortar los dos plásticos de los portafotos. Yo pongo doble capa de forro de libros (viene a dar igual que sea o no adhesivo, siempre que el adhesivo lo doblemos a la mitad con cuidadín) con el doblez en la parte por donde se meten las fotos. Para sujetarlos en el sitio hasta que esté cosido, va de maravilla un trozo de celo. Bueno, y para sujetar en su sitio el resto de piezas también. Yo y mis materiales de última generación...

Sólo falta coserla. Yo suelo marcar primero los agujeros utilizando un punzón y su almohadilla (¿me guardáis un secreto? cuando no tenía peques -ni punzones- usaba un alfiler separador de los de hacer encaje de bolillos, y una toalla doblada tres o cuatro veces como base... ). Me gusta marcar primero los de cerca de las esquinas, más o menos a medio centímetro del borde, y después repartir el resto lo más equidistantes que me sale, y más o menos a un centímetro uno de otro, aunque eso depende de cómo queramos coser. En la plantilla hay unas líneas rojas que indican dónde irá una costura, y ahora os pongo paso a paso las zonas que se pueden agujerear juntas (por las líneas azules). Así ahorramos tiempo y, lo que es más importante, evitamos que luego los agujeros no casen al coser.

me temo que no se lee muy bien el texto... así que conviene ampliar la imagen para no pifiarla!!

El tipo de costura, a gusto de cada cual: las que son lineales aguantan mejor el roce cuando se lleva la cartera en el bolsillo del pantalón, pero se les notan más las irregularidades. Las que quedan como un festón pasando el borde de un lado a otro disimulan más las imperfecciones, pero si la llevas en el bolsillo se pelan en cuatro días.

Y el hilo... en fin ,qué os voy a decir del hilo, yo usé bramante del de atar chorizos, hilo de cáñamo, hilo tipo dalia en doble hebra y en hebra sencilla, hilo de coser normal hecho cadeneta a ganchillo para hacerlo más grueso... digamos que vale todo. En el peor caso, si el hilo se rompe demasiado pronto suele ser por las costuras laterales, las que quedan expuestas con la cartera cerrada, y son las más fáciles de rehacer si es necesario. Alguna vez me tentó usar hilo de pescar, pero me da miedo que rompa el papel con demasiada facilidad... y si se rompe el papel sí que tiene mal arreglo!

Para coser, es útil empezar por las zonas que menos afectan al resto. Vaya, que si empezamos por los dos laterales a ver luego quién es el guapo que mete la mano por el hueco para coser el resto, así que esta es mi sugerencia:

Cada color representa una costura, y el orden que a mí me resulta más cómodo es este:

1. rojo. Los fuelles del monedero con la parte exterior del mismo.
2. azul. La pieza extra del monedero con la pieza principal, por la base. Pillamos tres capas, y la costura queda visible en el interior del billetero.
3. verde. El fuelle izquierdo del monedero con la parte trasera. Ojo con coser sólo tres capas: el fuelle, la pieza suelta de la solapa del monedero, y una capa de la pieza principal, para que quede una abertura lateral.
4. amarillo. Costura horizontal de los portafotos, y en el de abajo también el lateral derecho. Unimos sólo el plástico con la capa que tiene debajo, sin que la costura quede visible al otro lado.
5. gris. Costuras laterales del portafoto superior. Se pillan todas las capas, dejando ya sujeto el tarjetero.
6. morado. Costura lateral izquierda del portafoto inferior. Pillamos todas las capas: esta costura cierra el billetero y se verá con la cartera cerrada. Por si alguien quiere esmerarse un poco más.
7. naranja. El fuelle derecho del monedero con la parte trasera, cogiendo todas las capas. Esta es la otra costura que cierra el billetero y se verá por fuera.


¡Ya está! Un trozo de velcro adhesivo en la solapa del monedero y cartera lista. En este modelo de cartera no hace ninguna falta un cierre exterior, de verdad de la buena. Lo que hace falta es paciencia los dos primeros días que la llenamos, hasta que el plástico se doma y se acostumbra a la forma que tiene que tener.



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